
"Me llamo Paloma, soy mujer porque hace 54 años así lo diagnosticaron en una clínica de maternidad, feminista por conciencia de clase, y swinger por puro hedonismo.
Empecé a crecer con los ecos del flower-power . Maduré corriendo por la Ciudad Universitaria delante de los caballos de los grises, esquivando palos y tirando pequeños rodamientos para que los nobles brutos y los no tan nobles, cayeran. Entre asambleas, juegos de mus en la cafetería, y sexo en aulas vacías empecé a reconocerme tal como soy: guerrera, contestaría y respondona; no había posibilidad de marcha atrás, abrí mi mente y también mis piernas porque descubrí que había vida antes de la muerte y no solamente una serie ilimitada de pecados, faltas, normas, leyes, costumbres… que ataban mi mente, constreñían mis esperanzas y sojuzgaban mis acciones.
Mi particular guerra empezó gracias a unos pantalones vaqueros; tendría más o menos 15 años, un redondo y apetitoso culo empezaba a despuntar en la que hasta entonces era mi espalda infantil e inocente. Mi padre al verme dijo: “con esos pantalones no saldrás a la calle”; mi rebeldía natural junto con la propia de la adolescencia hizo el resto para esta cruzada contra el orden patriarcal establecido, el primero que todas y todos recibimos en nuestra familia que es donde la verdad objetiva siempre será la versión del poder, diciéndonos desde la cuna lo que somos y cómo debemos comportarnos –clasificándonos por género, no por sexo-, castigando los pecados y premiando las virtudes (que casi siempre coinciden con el ejercicio de la autoridad del “pater familias”, y que por regla general es un hombre).
Pero también me dí cuenta del poder de mi cuerpo, aprendí que no solo servía para enfrentarme a unas normas mostrándome orgullosa de cómo era y quién era, sino también para conseguir divertirme; aprendí que para disfrutar abriendo las piernas, antes hay que abrirse de mente. Como escribió Simone de Bouvoir, la mujer no nace, deviene. Y aprendí a ser mujer.
Durante los ochenta y sus interminables noches por Malasaña o Chueca conocí a esas otras mujeres (travestis, gays, lesbianas…) que me descubrieron la esencia de la feminidad con su performance de mujeres exuberantes, hembras-machos dominantes, o sus ademanes. Esa imagen creo que es la que provoca y ataca a quienes, como mansos borregos, asiente o intentan ejercer ese poder (mujeres y hombres), y de ahí su capacidad de tratarnos a todos los que no estamos de acuerdo con ellos como parias enfermos, locos y abordables sexualmente, para así reducirnos al silencio social, haciendo invisible todo aquello que se enfrenta a la autoridad.
No hay nada que joda más a quien ostenta, o acata el poder establecido que nuestro hedonismo. Para mí es un ejercicio diario ir en metro por las mañanas a trabajar, con minifaldas minúsculas, tacones de 10 centímetros y una sonrisa; observo las caras de mujeres y hombres mal follados, aburridos y tristes si se fijan en mi, yo les miro con una cara divertida, casi provocando, y diciendo con mis ojos ¿te gustaría un buen polvo?, solo hay que quererlo y preguntarlo, no es necesario firmar un contrato previo.
Me gustan las mujeres, los hombres, los travestis, me gustan todos aquellos que ofrecen su piel a cambio de la mía, que gozan con ello y que se dejan querer por mí. Respeto y quiero a todos y cada uno de ellos porque me brindan la oportunidad de conocer los límites del Universo desgajados de sus orgasmos y los míos. Nadie obliga a nadie, nadie impone normas, solo estamos hombres y mujeres unidos en un momento placentero, gratificante y dulce. No hay culpas porque andamos fuera de la norma, y creo que con esta sexualidad libre, plena, respetuosa conceptos como la fidelidad, el compromiso o el amor se diluyen y pierden su significado, y creo que ya llega nuestro tiempo de dotarles de un nuevo contenido, de reinventar las palabras y nuestras relaciones. De enfrentarse al poder que nos castra y ahoga.
Como Las Vulpes cantaban en su canción Me gusta ser una zorra: “… Prefiero masturbarme sola en la cama, antes que acostarme con quien me hable del mañana…”
3 comentarios:
me encanto!!!! A mi tambien me gustan tod@s!!! Hombres, mujeres, travestis!!!! Y me gustas vos, mujer que escribe este texto.
Del blog ni hablar. Buenisimo!!!!
No se, pero juraría que fué esta mujer quien me dijo en una despedida: tiene razón, besas muy bien.
El Canuit
Un Hombre Libre, me gustaría conocer tu opinión de este libro.Gracias.
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