
Algunos lectores me han comentado si soy un adicto al sexo,... vaya pregunta!!! y yo que sé, ¿pero realmente importa? Trataré de responder haciendo un flashback a mi pasado:
En mi juventud todo era más fácil, había poco sexo y cuando lo conseguías siempre había altas dosis de alcohol y hormonas disparadas para preocuparte más que el dolor de cabeza. Fue más tarde cuando apareció la "fuerza de la educación y los prejuicios", sutilmente inculcados durante años.
La presión del entorno, la negación de los deseos y la fidelidad a tu pareja. Reprimir las ansías, culpa al engañar a la persona que quería, no ser capaz de expresar lo que sentía, conducirlo, ni la comprensión en mi entorno de como me sentía.
Más tarde, una vez separado, llegó la justificación en positivo, me relaja, es saludable, es bueno para la próstata, sube mi autoestima,... sentirme seguro y de acuerdo conmigo fue importante sin embargo...
... me he dado cuenta que el sexo es bueno en si mismo, que no necesita justificación, que siempre me acarrea situaciones positivas, que me pone de buen humor, que es placentero, y que no me averguenzo de sentir placer por placer.
Me encanta el sexo romántico, con una pareja, el sexo en grupo, (hasta el sexo en solitario), me gusta practicarlo a diario, cuando me lo pide el cuerpo, ya no me mortifico por que el deseo aparezca, y canalizarlo hacia personas que sientan la misma libertad que yo, consentimiento y falta de engaño, disfrute y gozo... y vosotros ¿qué pensais?
Texto: Un Hombre Libre - Foto: Paula S